La intérprete (2005)
Se que debería hablaros de esta película... pero empezaré por algo mucho más interesante.
Me gusta la sesión golfa, es más, casi nunca voy al cine antes de las 24h, y hoy no ha sido la excepción, esta noche le tocaba elegir a mi acompañante mininha y elijió la última película de Sidney Pollack (que dicho en español suena fatal).
En fin, dos horas de peli, cuellos torcidos y más gominolas de la cuenta y termina la sesión.
Llevé a mininha a su casa volvía a la mía después de llenar el depósito con 3 euros de gasolina super (de la que casi ya no queda porque es la que más contamina) y como era mi día de suerte encontré sitio para aparcar justo enfrente del portal. Pero antes de poder salir del coche alguien abrió la puerta del copiloto y se sentó.
Una mirada verde e infinita me atravesó mientras yo balbuceaba algo acerca de una equivocación... Serénamente, reconociéndome, escrutándome con placidez como quien abre un libro que ya ha leído mil veces, me responde que estoy en lo cierto.
Yo no soy.
El coche es igual y yo me parezco mucho, pero si te acercas bien... yo no soy.
Sigo sin saber si estaba hablando en el plano existencial o si realmente yo tenía un alter-ego (mucho más sabio que yo) haciéndose esperar a las 4 de la mañana por una morena de grandísimos ojos verdes, mecánicamente terminé de ponerle el antirrobo al coche...
Ella interpretó mi gesto y se bajó del coche, acercándose a la ventana del piloto (o sea, del que conduce) pidiéndome perdón mirándome como si todavía no pudiese creer que yo, efectivamente: no era!
- Es lo más estúpido que me ha pasado nunca.
Por favor... no digas eso... es todo menos estúpido!
- Tranquila... no es estúpido (en realidad todas las historias deberían empezar así...)
-Bueno... me voy, espero que llegue pronto tu acompañante no vayas a meterte en más coches... (no querías algo estúpido?)
Y desde la ventana de mi casa la observo esperar.
Y veo que desaparece un momento detrás de unos coches para oir una tos rota... y es que debajo de mi sinusítis y en la cercanía de nuestro encuentro supe que la noche de mi extraña compañera no acababa de empezar y que llevaba a rastras un tiempo de vino y rosas... (en ese orden también... aunque con la mala suerte o la mala vista de ir a dar con un capullo antes de encontrarse con la rosa... )
Así que decidí bajar a ofrecerle un caramelo.
-Hola, todavía sigues esperando (puede que alguien se haya muerto atropellado por un tranvía... o algo)
-Sí, lo siento, debes de haberte dado un buen susto.
-no te preocupes.
-Qué haces a estas horas.
-Voy a... ejem... recargar el móvil...
-Y por qué no lo dejas para mañana?
- No, tiene que ser ahora, por si tengo que mandar mensajes...
(estupendo, ahora el loco soy yo)
Quieres un caramelo?
-Si gracias, para pasar el rato.
-Sí, es mejor que fumar. (dios santo, ahora me pongo a dar sermones?)
Ahora el que sentía náuseas era yo, cuando entré en ese bar ya sabía que hacían unos chipirones grasientos empanados con panceta o algo peor, y aún así los volví a pedir... por otro lado un consejo: nunca mezcles chipirones con gominolas si no quieres que la resaca te dure más que el discurso de un dictador...
Me despedí de ella alegrándome de haberla conocido y descubriendo que tras su rostro familiar reconocía a una vecinita de las que siempre han pasado más o menos desapercibidas.
Vuelvo a mirar desde mi ventana y llega un coche blanco (como el mío... bueno, más o menos) ella se sube a él y se van.
La noche ha terminado estupéndamente, ella tiene el haliento fresco y yo tengo el móvil saturado de oro, así que antes de dormir decido acordarme de mi niña mininha...
...Y dejar para más tarde la reseña de esta película....
Me gusta la sesión golfa, es más, casi nunca voy al cine antes de las 24h, y hoy no ha sido la excepción, esta noche le tocaba elegir a mi acompañante mininha y elijió la última película de Sidney Pollack (que dicho en español suena fatal).
En fin, dos horas de peli, cuellos torcidos y más gominolas de la cuenta y termina la sesión.
Llevé a mininha a su casa volvía a la mía después de llenar el depósito con 3 euros de gasolina super (de la que casi ya no queda porque es la que más contamina) y como era mi día de suerte encontré sitio para aparcar justo enfrente del portal. Pero antes de poder salir del coche alguien abrió la puerta del copiloto y se sentó.
Una mirada verde e infinita me atravesó mientras yo balbuceaba algo acerca de una equivocación... Serénamente, reconociéndome, escrutándome con placidez como quien abre un libro que ya ha leído mil veces, me responde que estoy en lo cierto.
Yo no soy.
El coche es igual y yo me parezco mucho, pero si te acercas bien... yo no soy.
Sigo sin saber si estaba hablando en el plano existencial o si realmente yo tenía un alter-ego (mucho más sabio que yo) haciéndose esperar a las 4 de la mañana por una morena de grandísimos ojos verdes, mecánicamente terminé de ponerle el antirrobo al coche...
Ella interpretó mi gesto y se bajó del coche, acercándose a la ventana del piloto (o sea, del que conduce) pidiéndome perdón mirándome como si todavía no pudiese creer que yo, efectivamente: no era!
- Es lo más estúpido que me ha pasado nunca.
Por favor... no digas eso... es todo menos estúpido!
- Tranquila... no es estúpido (en realidad todas las historias deberían empezar así...)
-Bueno... me voy, espero que llegue pronto tu acompañante no vayas a meterte en más coches... (no querías algo estúpido?)
Y desde la ventana de mi casa la observo esperar.
Y veo que desaparece un momento detrás de unos coches para oir una tos rota... y es que debajo de mi sinusítis y en la cercanía de nuestro encuentro supe que la noche de mi extraña compañera no acababa de empezar y que llevaba a rastras un tiempo de vino y rosas... (en ese orden también... aunque con la mala suerte o la mala vista de ir a dar con un capullo antes de encontrarse con la rosa... )
Así que decidí bajar a ofrecerle un caramelo.
-Hola, todavía sigues esperando (puede que alguien se haya muerto atropellado por un tranvía... o algo)
-Sí, lo siento, debes de haberte dado un buen susto.
-no te preocupes.
-Qué haces a estas horas.
-Voy a... ejem... recargar el móvil...
-Y por qué no lo dejas para mañana?
- No, tiene que ser ahora, por si tengo que mandar mensajes...
(estupendo, ahora el loco soy yo)
Quieres un caramelo?
-Si gracias, para pasar el rato.
-Sí, es mejor que fumar. (dios santo, ahora me pongo a dar sermones?)
Ahora el que sentía náuseas era yo, cuando entré en ese bar ya sabía que hacían unos chipirones grasientos empanados con panceta o algo peor, y aún así los volví a pedir... por otro lado un consejo: nunca mezcles chipirones con gominolas si no quieres que la resaca te dure más que el discurso de un dictador...
Me despedí de ella alegrándome de haberla conocido y descubriendo que tras su rostro familiar reconocía a una vecinita de las que siempre han pasado más o menos desapercibidas.
Vuelvo a mirar desde mi ventana y llega un coche blanco (como el mío... bueno, más o menos) ella se sube a él y se van.
La noche ha terminado estupéndamente, ella tiene el haliento fresco y yo tengo el móvil saturado de oro, así que antes de dormir decido acordarme de mi niña mininha...
...Y dejar para más tarde la reseña de esta película....
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